martes, 19 de marzo de 2013

¿Qué pasa con Whatsapp?


Desde que las redes sociales incitaron a manifestarse en contra de los 89 céntimos anuales que Whatsapp reclama para usar sus servicios a los clientes de Android, el mundo de la mensajería instantánea se ha convertido en un caos.

Esta situación ha dado paso a otras alternativas gratuitas como ChatOn, Spotbros, Viber, iMessage (sólo iPhone), WeChat o los que integran redes sociales como Facebook o Tuenti. De hecho, fueron también las propias compañías telefónicas las que lanzaron apps similares intentando arrebatar el éxito a Whatsapp: Movistar creó “Tu Me”, y más tarde, junto con Vodafone y Orange ofertaron “Joyn”.

Sin embargo, la gran competencia para Whatsapp es Line. Durante varios años se ha situado en la primera posición del mercado de apps, pero desde que se desató la polémica sobre el pago irrisorio, Line se ha convertido en el número uno de descargas en la tienda virtual de Android, Google Play. Whatsapp se encuentra relegado a un segundo puesto, aunque sigue teniendo la hegemonía en cantidad de usuarios.

El quid de la cuestión es que la cartera de clientes de Line sigue creciendo a un ritmo espectacular día tras día, debido al valor añadido frente al estándar Whatsapp. Y es que Line ofrece su  servicio a través del PC o Mac, por lo que resulta más cómodo usarla; concede la posibilidad de establecer llamadas telefónicas vía Wifi o 3G; o contiene stickers diferentes y más animados que los emoticonos que han sido usados habitualmente. Además, no incluye publicidad y aseguran que siempre será gratuita.

Ante estas novedades competentes, Whatsapp necesita renovarse y por ello, financiación. De esta manera, la política de precios para los diferentes sistemas operativos de telefonía móvil se ha igualado. Así, todos los usuarios de Blackberry, Andoid, iOS, Symbiam y Windows Phone 8 deberán abonar 0,89 euros cada año para disfrutar de esta aplicación.  

Ahora, reflexionemos. La mayoría de usuarios de Smartphones poseen Whatsapp como mensajería instantánea y, por ello, nos ofrece la mejor ventaja: poder comunicarse con todos los contactos que tenemos en la agenda. ¿Qué nos supone 89 céntimos cuando nos enfrentamos a tarifas, en ocasiones, abusivas de ciertas compañías telefónicas? Obviamente estamos equivocados, la reivindicación debe dirigirse hacia otra dirección. 

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